Las V.H. de Ntra. Sra. de la Soledad del Puente y de San Agustín celebraban los Solemnes Cultos Religiosos en honor de sus respectivas Imágenes durante un fin de semana muy intenso y emotivo. Los actos preparados por las Juntas de Diputación de ambas Hermandades para celebrar los Dolores Gloriosos de la Santísima Virgen se han vuelto a concelebrar conjuntamente desde que lo hicieran por primera vez en el año 2002. Pasarán también a los anales de la historia por ser la primera vez que ambas Imágenes han procesionado juntas por las calles de Cuenca, más si cabe, al hacerlo en unas fechas tan lejanas a la Semana de Pasión conquense.

El viernes, 13 de septiembre, tenía lugar la Procesión de Traslado desde la Iglesia de El Salvador hasta la S.I. Catedral Basílica de Cuenca. Ya desde la Misa del Triduo de la V.H. de Ntra. Sra. de la Soledad de San Agustín, a la que asistieron el Secretario y el Representante de la Hermandad de la Soledad del Puente, se podía intuir una intensa jornada a tenor de la gran asistencia de fieles a esta celebración, que poco después aumentó a las puertas del templo conquense para esperar la salida de la Imagen. Mientras esto se producía, Ntra. Sra. de la Soledad del Puente era venerada por sus banceros y Hermanos tanto en el interior como en los exteriores de la Iglesia de San Andrés, esperando emocionada a que se abrieran las puertas y poder iniciar su ascenso hasta la Plaza Mayor junto a la Madre de San Agustín.

El cortejo se juntaba minutos más tarde en la calle del Peso formando una hilera de hermanos que con velas encendidas no se separarían de la Madre hasta la llegada a la Catedral de Cuenca, todo ello precedido por la campana de la Archicofradía de Paz y Caridad, símbolo del Jueves Santo conquense. En todo momento, silencio y recogimiento solamente roto por el repicar de las cajas que marcaban el caminar de los banceros. Esta Procesión de Traslado llegaba a la Plaza Mayor, lugar en el que la algarabía se tornaba en silencio y respeto nada más ver las imponentes Andas de la Soledad en los Arcos del Consistorio conquense. Las imágenes hacían su entrada en la Catedral alrededor de las 22:30 horas. Una vez dentro, los banceros realizaban las arduas y estudiadas labores de colocación de las Andas en el Altar Mayor de la Seo conquense, donde permanecerían hasta el domingo, día de la Solemne Función Religiosa

Con la presencia del Sr. Obispo de Cuenca, Monseñor Yangüas Sanz y los Consiliarios de ambas Hermandades, se celebraba el acto central de los Cultos en una Catedral repleta de Hermanos y fieles conquenses que no querían perderse una celebración tan especial y emotiva, a la cual también asistieron el Alcalde de Cuenca, Juan Ávila; el Vicepresidente de la Diputación Provincial, Julián Huete; el Presidente de la Junta de Cofradías, Jorge Sánchez y la Vicepresidenta de la Archicofradía de Paz y Caridad, Maribel Llandres. Al término de la liturgia, la Hermandad de la Soledad del Puente procedía a realizar el intercambio de poderes entre los Hermanos Mayores, y la Hermandad de la Soledad de San Agustín imponía su medalla a los niños nacidos en el último año.

Al día siguiente, con una numerosa asistencia de fieles tenía lugar la Misa por los Hermanos Difuntos de ambas Hermandades, donde se les recordaba con mucho cariño y se rogaba por ellos a la Madre para que les siga protegiendo desde el cielo.

A continuación, se procedía a realizar las labores preparatorias de las Imágenes para realizar la Procesión de Traslado hasta los templos de origen.. Al rededor de las 20:30, las Imágenes comenzaban su desfile por el interior de la Catedral dejando momentos muy íntimos y siendo recibidas nuevamente por los Hermanos en la Plaza Mayor para acompañarlas con fervor, respeto y devoción hacia las Iglesias de donde partieron el viernes anterior. De nuevo la campana de la Archicofradía de Paz y Caridad hacía el silencio en la Plaza Mayor iniciando el desfile con lentitud y solemnidad por parte de los banceros. A la llegada a la calle del Peso, ambas Imágenes se despedían en un momento muy emotivo para todos los Hermanos presentes, cerrando así unos Cultos Religiosos muy especiales este año.