Llegaba el día tan esperado para los pequeños nazarenos de Cuenca tras la suspensión de su Procesión Infantil el año pasado. Caras de nervios e ilusión en todos ellos durante los momentos previos al inicio. Poco a poco desde las respectivas Sedes de las Hermandades los niños acompañados de los responsables de las Hermandades se reunían en la Parroquia de El Salvador donde ya aguardaban perfectamente colocados los Pasos cual Puesta en Andas.tradicional.

Unos minutos antes del comienzo de la procesión se daba lectura al Pregón Infantil que desde la Escuela Nazarena leía la ganadora del concurso realizado durante la Caurema del año pasado y que no pudo ser leído por la suspensión de la Procesión. La pequeña nazarena anunciaba a todos los presentes su oración que daba paso a la oración del Padrenuestro. Seguidamente, el Delegado Episcopal en la Junta de Cofradías, Joaquín Ruiz Requena, daba la orden para abirir las puertas del templo y comenzar así esta especial Procesión Infantil.

Una tras otra, 23 Hermandades con sus respectivos Pasetes iban saliendo bajo el Arco parroquial donde eran recibidos por el público que esperaba impaciente ese momento. La Banda de Trompetas y Tambores de la Junta de Cofradías encabezaba el Desfile hacia Alonso de Ojeda, siguiendo por Cardenal Payá, Pósito, Santo Domingo, Melchor Cano hasta la propia Iglesia de donde partió. Los niños vestidos con la indumentaria habitual de sus Hermandades acompañaban a su Paso. El Guión de cada una de ellas abría su propio desfile. Banceros y banceras, bajo las órdenes de su capataz, emocionados metían el hombro para llevar con fervor y cariño sus Sagradas Imágenes. Una Procesión que a algunos les pareció corta pero que fue muy grande en emoción y sensaciones. Un gran trabajo de organización por parte de todos y una gran respuesta de la ciudad de Cuenca que abarrotaba cada parte del pequeño recorrido procesional.

NUESTRA HERMANDAD

El Paso de Nuestra Señora de la Soledad de Puente era portado por 16 niños y niñas que convertían su emoción y entusiasmo previos en seriedad, respeto y compromiso para llevar el Paso de la Virgen. El Guión escoltado por dos Hachones abría nuestro desfile y algunos pequeños se sumaban poco a poco al cortejo bajo la atenta y emocionada mirada de sus padres y familiares que les contemplaban con orgullo desde las aceras. "En la bajada, los más altos delante. Cuando vayamos a subir la cuesta os cambio por alturas, ¿vale?", comentaba Victor, el Capataz de Banceros. Todos los banceros escuchaban atentos y asentían a sus indicaciones en cada tramo realizando un gran desfile sin envidiar en absoluto el desfilar de los banceros adultos del Jueves Santo.

La Virgen de la Soledad del Puente, en sus andas de madera a semejanza de las que diseñara Luis Marco Pérez, hacía recordar a los mayores aquellos años 50 en los que desfilaba en Cuenca. "Son iguales, aunque le faltan las cartelas", decían unos. "¡Qué bien la llevan los críos! ¡Menudos banceros!", decían otros. Y es que esta Procesión Infantil es y debe ser una escuela, una enseñanza a todos los niveles. Los niños daban una lección de respeto ante lo que celebraban y demostraban ese compromiso y seriedad que quizá no se les atribuye muchas veces por el mero hecho de ser unos infantes. 

Una lección que hemos aprendido todos, pequeños, grandes y mayores. Los pequeños por cumplir con esa ilusión tan esperada. Los mayores por ver hecho realidad el trabajo de todo un año y que debe servir para sembrar la semilla que crecerá poco a poco en cada uno de sus corazones para querer a la Virgen, como Madre de Dios, como Madre de todos nosotros.