En torno a nuestra Sagrada Imagen, la Hermandad ha ido tomando forma a lo largo de las últimas décadas en un proceso constante de crecimiento que llega hasta nuestros días. Fruto de este afán de mejora se ha ido construyendo un desfile espectacular y un nutrido patrimonio que sigue creciendo y mejorando día a día. El paso de palio actual y el ajuar de la imagen son el orgullo de la Hermandad, porque se han ido levantando, poco a poco, con el pasar de los años, gracias a la ilusión, el esfuerzo y el sacrificio de todos los hermanos.

Pero nuestra Hermandad no sólo se ha centrado en el desfile de la tarde de Jueves Santo. Con la inauguración de nuestra sede en 1996 nos convertimos en la primera hermandad conquense en contar con un local propio y ganamos un espacio que nos ha permitido ser una corporación viva, dinámica y muy activa. Entre los muchos actos que venimos realizando podemos destacar la organización de un concurso fotográfico y un certamen literario que se han convertido en citas de referencia para la comunidad nazarena conquenses. Y, por supuesto, no podemos olvidar el montaje y exposición del belén de la Hermandad, sin duda alguna uno de los actos más queridos por todos.

Mención aparte merece el hermanamiento con la Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad (de San Agustín), corporación hermana con la que concelebramos función religiosa en la Catedral cada vez que la festividad de los Dolores de la Virgen cae en domingo. En el año 2013 estos solemnes cultos, presididos por el espíritu de fraternidad y la devoción a María Santísima, alcanzaron una nueva dimensión, al celebrarse dos procesiones de traslado con nuestras Sagradas Imágenes.