Luis Marco Pérez ya realizó algunos pasos para Cuenca antes de la Guerra Civil En aquel momento, el artista se encontraba en plena juventud y estaba viviendo una etapa de experimentación creativa, por lo que quiso realizar obras muy vanguardistas, que superasen los cánones estéticos tradicionales. Estos pasos, el colosal grupo de la Santa Cena y el paso del Descendido, ambos perdidos, se caracterizaban por el tratamiento geométrico de los ropajes y la ausencia de policromía.

Pero su gran aportación a las procesiones de nuestra ciudad vino de la mano de la reconstrucción de la Semana Santa, iniciada en 1940. Entre ese año, cuando realizó la imagen de Jesús Amarrado a la Columna, la primera obra de esta segunda época, y 1953, año en el que entregó el paso del Cristo del Perdón y el apostolado de la Oración en el Huerto, creó un conjunto de imaginería de gran calidad y muy homogéneo, que oscila entre las imágenes aisladas de gran devoción, y las amplias escenas de marcado dramatismo.

De esta manera, Luis Marco Pérez se convirtió en el artista que más obras firmó para nuestras hermandades y cofradías, siendo el gran imaginero de la Semana Santa de Cuenca. Su estilo, magníficamente representado en el amplio conjunto de nuestras procesiones, bebe directamente de la tradición barroca castellana, a cuya herencia se añaden algunos rasgos típicos del autor, como el facetado de los ropajes o el trazado de anatomías masculinas muy poderosas.